Segunda parte de la saga de Aubrey y Maturin. El autor tiene mucha facilidad para contarnos no solo los lances de combate sino todos los demás aspectos que intervienen en la vida de un oficial del Armada inglesa en época de las guerras napoleónicas. Las estancias en casa, en el campo, mientras no se le requiere, las complejas matemáticas de los ascensos, los cálculos y rebotes para ver quién conseguirá el mejor mando dentro de la promoción... Además, nuestros personajes protagonistas tendrán un enfrentamiento que deriva en un desafío a duelo. Ahí es nada. Muy entretenida, y muy profusa y muy bien llevada. Leída, por supuesto, en la Escuela Naval Militar, como corresponde, para darle más ambientillo a la novela.