When Genius Failed by Roger Lowenstein

When Genius Failed

by Roger Lowenstein

“A riveting account that reaches beyond the market landscape to say something universal about risk and triumph, about hubris and failure.”—The New York Times

NAMED ONE OF THE BEST BOOKS OF THE YEAR BY BUSINESSWEEK

In this business classic—now with a new Afterword in which the author draws parallels to the recent financial crisis—Roger Lowenstein captures the gripping roller-coaster ride of Long-Term Capital Management. Drawing on confidential internal memos and interviews with dozens of key players, Lowenstein explains not just how the fund made and lost its money but also how the personalities of Long-Term’s partners, the arrogance of their mathematical certainties, and the culture of Wall Street itself contributed to both their rise and their fall.

When it was founded in 1993, Long-Term was hailed as the most impressive hedge fund in history. But after four years in which the firm dazzled Wall Street as a $100 billion moneymaking juggernaut, it suddenly suffered catastrophic losses that jeopardized not only the biggest banks on Wall Street but the stability of the financial system itself. The dramatic story of Long-Term’s fall is now a chilling harbinger of the crisis that would strike all of Wall Street, from Lehman Brothers to AIG, a decade later. In his new Afterword, Lowenstein shows that LTCM’s implosion should be seen not as a one-off drama but as a template for market meltdowns in an age of instability—and as a wake-up call that Wall Street and government alike tragically ignored.

Praise for When Genius Failed

“[Roger] Lowenstein has written a squalid and fascinating tale of world-class greed and, above all, hubris.”—BusinessWeek

“Compelling . . . The fund was long cloaked in secrecy, making the story of its rise . . . and its ultimate destruction that much more fascinating.”The Washington Post

“Story-telling journalism at its best.”The Economist

Reviewed by remo on

4 of 5 stars

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Nuevo libro de aventuras y desventuras financieras. Long Term Capital Management (LTCM), que sería algo así como “Gestión de capital a largo plazo”, fue un fondo de inversión creado en 1994 por John Meriwether, un trader del banco de inversión Salomon Brothers. El fondo contaba con los mejores cerebros en el mundo de las finanzas, incluyendo a dos premios Nobel en economía. Comenzó dando los mayores beneficios de todos los fondos del mundo, obteniendo más y más rentabilidad sin aparente esfuerzo. Y cayó, arrastrado por los mercados en huida de la crisis, arrastrando consigo a inversores

Meriwether trabajaba en arbitraje de bonos. El arbitraje en finanzas no es lo mismo que en otros lados. Decimos que existe arbitraje cuando es posible hacer un conjunto de operaciones (compras y ventas) que sin riesgo alguno nos proporcionan beneficio, aprovechando pequeñas discrepancias en un mismo bien en diferentes mercados o en dos bienes en un mismo mercado.

Un ejemplo tonto de arbitraje es el siguiente: imaginemos que en Londres un dólar cuesta media libra. Sería de esperar que en Nueva York una libra costara dos dólares, para que los precios fueran equivalentes. Pero imaginemos que en los EEUU una libra cuesta tres dólares. Entonces yo vendo una libra en NY por 3 dólares y con esos tres dólares me compro una libra y media en Londres. Acabo de ganar media libra aprovechando un desajuste en los mercados. Soy un arbitrajista. Por supuesto, los arbitrajes que hoy existen son mucho más complejos, pero nos da una idea.

Tras constatar que él y su grupo de arbitraje de bonos eran los principales generadores de ingresos del banco y tras ser despedido (animado a despedirse) por culpa de una metedura de pata de un subordinado, Meriwether decide montar su propio fondo de inversión, a lo bestia. Recluta a los mejores teóricos del mundo de las finanzas, presiona salvajemente a los bancos para obtener un capital inicial y se lanza al mercado con casi 2000 millones de dólares obtenidos de los 100 socios con los que contaba el fondo.

El método mediante el que LTCM ganaba dinero era aprovechar pequeños desajustes en el mercado de bonos, al principio. Pero estos pequeños desajustes no daban demasiado dinero. la manera en que LTCM conseguía verdaderas cantidades de dinero era el apalancamiento: con 500 dólares puedes comprar, pongamos, 1 acción de Google. Pero con esos mismos 500 dólares puedes comprar una opción sobre Google, que te da derecho a comprar o vender cien acciones de Google. El apalancamiento permite operar mayor volumen con menos dinero. Tiene sus peligros, pues tanto las ganancias como las pérdidas se multiplican.

LTCM iba apalancada al máximo, a veces llegando al estar operando con un volumen 100 veces mayor que el dinero de que disponía (apalancada 100 a 1). Cuando las cosas fueron bien, los tres primeros años, los beneficios fueron espectaculares y consiguieron aún más dinero de los inversores. El problema se desató con la crisis asiática del 97 y la de Rusia en el 98, lo que hizo que los inversores dejasen de comportarse como los modelos matemáticos predicen y se fueran todos a los bonos del estado, lo menos arriesgado que hay. LTCM perdió casi 5000 millones de dólares, todo su capital, en unas pocas semanas. Sólo la salvó una acción desesperada del gobierno americano, que reunió a los principales bancos de Wall Street para que entre todos compraran la deuda del fondo.

Las operaciones del fondo terminaron siendo rentables. El problema es que cada día que no lo eran, LTCM perdía cientos de millones de dólares. Con la nueva inyección de fondos de los bancos, se superó el momento crítico y las operaciones volvieron a sus valores esperados. Pero los creadores de LTCM ya no eran dueños de la empresa. Eran los bancos.

Toda la historia es como una inmensa máquina de relojería, que se dirige inexorablemente al desastre. Recuerda a aquel individuo que se tiró de la azotea de un rascacielos, y se le oía decir, al pasar por cada piso: “Por ahora todo va bien, por ahora todo va bien…”. LTCM tenía un modelo de mercado perfecto, aleatorio, matemático. Pero no contó en sus previsiones con el hecho de que en tiempos de riesgo todos los inversores huyen de las operaciones arriesgadas, dejando de ser aleatorios y lanzándose en la misma dirección. Hizo falta una crisis económica mundial para tumbar a LTCM, pero estas crisis no son tan infrecuentes.

El libro está muy bien, es muy didáctico y cuenta multitud de detalles, tanto técnicos como personales de los protagonistas. EL caso LTCM levantó gran revuelo en los EE.UU. en 1998 porque parecía que el gobierno acudía a salvar a una empresa de inconscientes que habían invertido por encima de sus posibilidades. En realidad, las operaciones de LTCM eran de un volumen tal que si los EE.UU. no hubieran intervenido probablemente otros bancos se habrían ido al hoyo con ellos, creando una crisis aún mayor.

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  • 18 December, 2007: Finished reading
  • 18 December, 2007: Reviewed