En el mismo fin de semana oí cómo alababan este libro por la radio, oí cómo una amiga se lo recomendaba a mi madre y oí por la calle cómo un desconocido le hablaba de él a un amigo suyo, poniéndolo por las nubes. Estaba claro que tenía que leérmelo para ver si realmente era tan bueno. Y lo es. En realidad, más que bueno es refrescante y entrañable. Te hace sonreír y te identifica con los personajes. Tal y como el título avanza, es la historia de Mma Ramotswe, una señora que vendió todas sus vacas para montar su agencia de detectives en Botsuana. La historia nos cuenta la vida de Mma Ramotswe, desde su infancia, e incluso la de su padre, un ex minero de diamantes en Suráfrica. Y narra también, por supuesto, los divertidos casos a los que debe enfrentarse esta encantadora señora, ayudada por un manual para detectives de la señorita Pepis y por su profundo conocimiento de la psicología de los africanos. El libro es muy sencillo. El estilo no es nada retorcido, casi parece un libro para niños por la claridad que usa el autor en las frases. Hay momentos alegres y tristes, y siempre acaba regresando el amor por África y por Botsuana que comparten la protagonista y el autor. Dan ganas de ir a Botsuana, se lo aseguro. Y se alegra uno cuando, al llegar al final del libro en un estado de paz con el Universo, descubre que hay una serie completa sobre esta detective. Ya sé qué libros compraré próximamente. Mi nota: Altamente recomendable.