100 relatos de 500 caracteres como máximo. Hace falta mucha potencia narrativa para sacar adelante esta proeza y el autor no llega. Hay alguna historia (puede que 10 de las 100) que me ha gustado mucho. Otras muchas son muy decepcionantes porque no son relatos sino inicios de relatos, como uno en el que a un conductor le adelanta un coche igual que el suyo y al mirar a los ocupantes ve que son él mismo y su familia. Y ahí se acaba. Eso es una escena, no un relato. El libro se lee muy rápido.