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¿Y qué les cuento yo de este libro que no les haya contado ya del primero? Adrián Paenza [AP] nos vuelve a llevar de paseo por los recovecos de la Matemática. En este segundo libro intercala algunas anécdotas personales que son realmente hermosas. El capítulo final, sobre cómo planificar las fechas de los partidos de la liga argentina para que cuadrasen con los requisitos de las cadenas de televisión, es una droga diseñada para atraer a la gente a las matemáticas. Es increíblemente bueno. Aparecen unos cuantos acertijos clásicos (el del agua en el vino y el vino en el agua o el de los puentes de Königsberg, hoy Kaliningrado, por ejemplo) y otros no tan clásicos (o a lo mejor sí, pero yo no me los sabía y disfruté peleándome con ellos). Leemos sobre teoría de juegos (el clásico dilema del prisionero y otros), sobre la probabilidad de que una cadena de bases ADN de longitud dada esté en todos los seres vivos sólo por casualidad, sobre lógica, sobre bandas de Möbius, sobre teoría de números… Un espectáculo.

En resumen, estimados lectores, que sí hay segundas partes buenas. Los dos libros forman una estupenda introducción al espíritu de las matemáticas. En algún momento del libro se dice que “los matemáticos no hacemos números, hacemos razonamientos”, idea que se seguirá repitiendo en sucesivas páginas. Y les acabará convenciendo, se lo aseguro. Una delicia de libro.

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  • 9 December, 2006: Finished reading
  • 9 December, 2006: Reviewed