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Dios visita la Tierra en su segunda llegada, a principios del XX. En su mensaje dice a dónde llegará de este modo si mal no recuerdo: "Descenderé al centro del centro de mi afecto". Y resulta que el centro de su afecto es España y el centro de España (de la península, más bien), geométrico, está en Getafe, claro. Y allí que se encarna Dios.
Jardiel ponía en sus novelas todo lo que quería poner, pero tengo la sensación de que no le importaban tanto los detalles y los tiempos como cuando escribía teatro. Hay partes muy largas que no terminamos de ver cómo encajan con la historia. El discurso final de DIo en una plaza de toros es lo que hace que el libro sea maravilloso, porque el resto del desarrollo de la historia tiene altibajos.

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  • 10 October, 1996: Finished reading
  • 10 October, 1996: Reviewed