Voy a contarte, amor mío
una historia infortunada.
La historia de una velada
en el castillo sombrío
del marqués de la Moncada...
o el soliloquio de la cárcel, que debería ser suficiente para hacer el martes 13 de mayo el día internacional aperiódico de la Venganza de Don Mendo.
Es una obra de teatro "menor" que no es en absoluto menor. Es una gloria, es don Pedro Muñoz-Seca en estado de gracia durante cuatro actos y miles de versos:
Siempre fuisteis enigmático
y epigramático y ático
y gramático y simbólico,
y aunque os escucho flemático
sabed que a mí lo hiperbólico
no me resulta simpático.
Habladme, claro, Marqués,
que en esta cárcel sombría
cualquier claridad de día
consuelo y alivio es.
Aunque como él mismo dice se permite meter ripios:
MAGDALENA.— ¿Es que tan mal expreséme,
doncel, que no comprendióme?
¿No miróme? ¿No escuchóme?
¿Tan poco afable mostréme
que apenas vióme ya odióme?
MENDO.— Escuchéla y contempléla,
vila, señora, y oíla;
pero cuanto más miréla
y cuanto más escuchéla,
menos, señora, entendíla.
Descubrí tarde esta obra; tal vez haberla leído en lugar del tostón de la Celestina en 2º de BUP me habría convertido en otro tipo de lector. Nunca lo sabremos.
OBRA MAESTRA