Thriller jurídico al estilo Grisham, pero con más verbo y algo más de acción. Muy bien escrito, con esa fluidez de escritura que hace que leas y leas y leas y no te canses, y al final de cada capítulo queden varias pequeñas cosas por desvelar y te sigan dando ganas de leer más. Turow conoce bien esa parte del oficio. Muy entretenida.