Antes de ver la película quise leer el libro, como me pasó con Forrest Gump, y descubrí que la película había tomado el libro y lo había edulcorado hasta niveles aceptables para públicos de todas las edades. En el libro las muestras de humor son mucho más escasas y hay muchas más muestras de niños sufriendo las consecuencias de un mal divorcio que de humor. El libro por su cuenta puede estar bien, pero una vez que uno ha visto la película preferirá siempre esta a aquel.