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Para empezar, veamos alguna explicación básica sobre futuros y opciones. Imaginemos que yo creo firmemente que Telefónica va a subir un montón en bolsa de aquí a tres meses. Lo lógico es que me comprara acciones de Telefónica, para venderlas tres meses después, cuando hayan subido. Pero las acciones de Telefónica pueden ser caras y a lo mejor sólo tengo dinero para comprar unas pocas. Digamos que tengo 1000€ y que la acción está a 30€. Sólo podría comprar 33 acciones. En su lugar, puedo comprar futuros sobre las acciones de Telefónica. Un futuro es la obligación de comprar acciones en una fecha dada. Los futuros son gratis, sólo se paga dinero cuando el precio de la acción va en contra. Me puedo comprar 333 futuros para comprar Telefónicas a 31€ dentro de tres meses. Y cuando dentro de tres meses las acciones de telefónica estén a 41 €, yo habré ganado una pasta, porque las voy a comprar a 31€ y venderlas a 41€. Esto tiene un problema, claro. Si Telefónica baja y dentro de 3 meses está a 28€, yo sigo estando obligado a comprar 333 acciones a 31€, por lo que perderé 3 euros por cada acción. Como ven, los futuros dan una oportunidad de aumentar el volumen de compra cn el dinero que tenemos. Pero son arriesgados, porque si telefónica se desplomase en bolsa y cotizase a 0,1€, yo seguiría teniendo que pagar 31€ por cada una de las 333 acciones, que ahora no valdrían nada. Un riesgo. Para eso surgen las opciones, en las que yo no compro la obligación de comprar o vender a un cierto precio, sino el derecho a hacerlo. Si las telefónicas han bajado mucho, yo no las compro y ya está. Sólo he perdido el precio de la opción. Las opciones son más caras que los futuros, pero son más seguras para el que las compra (no así para el que las vende). Una opción tiene las pérdidas limitadas al precio de la opción. Un futuro no tiene pérdidas limitadas. Las que les acabo de contar son opciones y futuros sobre acciones, pero también los hay sobre cotizaciones de divisas, sobre tipos de interés, sobre cualquier cosa. Parece a veces una casa de apuestas.
Es un mundo complejo, hay muchas matemáticas detrás y es apasionante, en mi opinión. La historia de Partnoy cuenta cómo llegó la primer banco mundial en opciones y futuros y cómo vivió el boom de los derivados financieros en los años 90. Narra las prácticas absolutamente poco éticas de los bancos, la absoluta inopia en la que vivían las autoridades económicas federales y las pérdidas multimillonarias (la unidad de bancarrota que utiliza Partnoy son los mil millones de dólares) que sufrieron algunos fondos de pensiones y empresas en aquella época.
El libro es muy interesante. En los primeros dos capítulos hace una estupenda introducción al funcionamiento de estos derivados financieros, y de ahí en adelante comienza la vorágine en la que se nos cuénta cómo se evadían las normas federales de inversión, como se atraía a las empresas a invertir en descabelladas opciones exóticas y cómo, al final, hubo tantas quiebras y bancarrotas. Nuestro protagonista dejó este mundo a los pocos años de entrar en él. Y eso que, como él mismo cuenta, no era especialmente delicado a la hora de la ética. Me recuerda a la historia que narran Rolfe y Troob en Monkey Business, aunque él trabajaba en otra rama del negocio. Mi nota: Muy interesante.
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- 11 December, 2005: Finished reading
- 11 December, 2005: Reviewed