Libro entretenidísimo. El título ya es de lo mejor: los premios Darwin se conceden a aquellos que mediante un acto realmente estúpido eliminan sus genes del patrimonio genético (muriendo o quedando estériles) antes de poder reproducirse, mejorando así la raza humana. El enfoque del libro es sarcástico a más no poder, aunque la autora nos explica desde el principio que ha hecho todo lo posible por eliminar a gente con tendencias suicidas o discapacidades cognitivas de las páginas del libro. Los actos deben ser pura estupidez, sin diluir. Por un lado uno lee una historia tras otra preguntándose cómo es posible que alguien sea tan cenutrio (un terrorista manda una carta bomba, se la devuelven por franqueo insuficiente y la abre. Cebolllo) y por otro lado nos deja apreciar lo frágil y breve que es la vida, y lo fácil que es perderla en un solo acto absurdo. En conjunto queda un libro que recomiendo mucho.
