El temor es algo relativo. Al menos a los ojos de Carlota. Esos que empiezan a ver como se tambalea su rutina favorita ante un nuevo amanecer de colores tan difusos que se convierten en indefinidos. De nuevas vivencias, nuevos caminos, preocupaciones magnificadas, y nuevas caras. De explicaciones innecesarias con confesiones necesarias. El sinsentido que lleva consigo la razón y la sinrazón de llevar todo al mismo nexo de unión. Ella. El temor es algo relativo.
Incolora, inodora e insípida.