Humor absurdo del bueno, del de Jardiel. Edgardo, que lleva más de veinte años acostado en la cama sin levantarse para nada a causa de un desengaño amoroso, y desde ahí hace viajes simulados con la ayuda de su criado Fermín. Fernando esconde un secreto misterioso que enloquece a su novia, Mariana. Hay crimen, comedia y enredo. Lo tiene casi todo. Los criados, como los bufones, son la conexión con el sentido común y los que tranquilizan al espectador haciéndole ver que no se ha vuelto loco, que los locos son los de la obra. Tiene que estar uno dispuesto a aceptar el absurdo en su vida, De lo contrario la obra es, esperadamente, absurda. Disfruté mucho leyéndola, y aunque lamentablemente no he podido verla, estoy seguro de que hay muchas partes que mejorarán representadas