Me remito a mi crítica del anterior libro de El Campus. Desde que Tom Clancy se murió ya no es el mismo. Con este no he podido ni terminar, me he quedado en un 80% y arrastrándome desde el 30%. Situaciones MUY absurdas (como una terrorista de Daguestán que sin embargo posee un corazón puro y bondadoso), agentes desbocados sobre el terreno que desobedecen todas las órdenes de su gobierno y sin embargo siguen recibiendo todos los materiales y las ayudas... ¡Un romance del protagonista en una novela de Clancy! Un sindiós. Estos suplantadores del Clancy no dan la talla. Debo asumir que se acabó mi placer culpable.