Un clásico de Twain, que luego ha sido llevado al cine mil veces. Curiosamente, el estilo mordaz y lúcido de Twain está como con sordina en esta novela. Dicen que quiso hacerla para niños, y tal vez equivocadamente le bajó las vueltas a su estilo en vez de bajárselas a la historia. Aun así, lectura muy entretenida. Pero hay mejores Twains...