No novela, sino nivola, magnífica, que se adentra en lo experimental con resultados asombrosos. El protagonista de la novela, Augusto Pérez, se enfrenta al autor, físicamente, yendo al despacho que éste (Unamuno) tiene, por no estar contento con el destino que le ha hecho correr. Asimismo, el libro da una idea de la visión que Unamuno tenía de Dios: podía llegar a nuestras vidas en el momento que deseara, a la página que Él quisiera, y reescribir el futuro, que para nosotros era inevitable recorrer. Fantástica.