Reviewed by remo on

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Twain tenía un genio especial para poner a parir a la gente. Sus cuentos de humor son siempre dardos envenenados con curare contra el objeto de su escrito. Era muy, muy bueno. Un tío con sentido del humor. Algunas de sus citas más famosas, además de la de las mentiras, malditas mentiras y estadísticas, son:

Dejar de fumar es fácil. Yo ya lo dejé unas cien veces.

Recogéis a un perro que anda muerto de hambre, lo engordas y no os morderá. Esa es la diferencia más notable entre un perro y un hombre.

Si la única herramienta que tiene es un martillo, pensará que cada problema que surge es un clavo.

¿Por qué nos alegramos en las bodas y nos entristecemos en los velatorios? Porque no somos la persona involucrada.

Yo no pregunto de qué raza es un hombre, basta que sea un ser humano, nadie puede ser nada peor

Este libro de cuentos humorísticos incluye los diarios de Adán y Eva, y otros relatos cortos que merecerían sin duda ser llamados cuentos satíricos más que humorísticos. En uno de ellos Twain repasa su árbol genealógico, que consta de una serie ininterrumpida de criminales ajusticiados desde el siglo XI hasta el XIX. Muy bueno. Otros relatos están más dirigidos a dar puyazos a la sociedad puritana de su época, a la burocracia… Twain desborda humor y chispa por los cuatro costados. Hay frases memorables, como una que dice que “El día salió tan bonito en el cementerio que habría dado diez años de vida por morir en ese momento”. Personalmente, me encanta Twain. Fue un adelantado a su época en muchos aspectos. Mi nota: Muy recomendable.

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  • 7 May, 2006: Finished reading
  • 7 May, 2006: Reviewed