Tercera entrega de la serie del Autoestopista galáctico. Las aventuras de nuestros protagonistas prosiguen, aunque se nota que a Adams empieza a fallarle el aliento, porque nadie está tan pirado como para poder mantener el ritmo de la primera durante quinientas páginas. Pero no desesperamos: buscaremos el cuarto título de la serie y terminaremos con el quinto, que ése sí lo tenemos.