In 1988 Patrick Modiano stumbles across an ad in the personal columns of the New Year's Eve 1941 edition of Paris Soir: "Missing, a young girl, Dora Bruder, age 15, height 1 m 55, oval-shaped face, gray-brown eyes, gray sports jacket, maroon pullover, navy blue skirt and hat, brown gym shoes." Placed by the parents of Dora, who had run away from her Catholic boarding school, the ad sets Modiano off on a quest to find out everything he can about her and why, at the height of German reprisals, she ran away from the people hiding her. There is only one other official mention of her name: on a list of Jews deported from Paris to Auschwitz in September 1942. What little Modiano discovers about Dora in official records and through remaining family members becomes a meditation on the immense losses of the period - lost people, lost stories, and lost history. Modiano delivers a moving account of the ten-year investigation that took him back to the sights and sounds of Paris under the Nazi Occupation and the paranoia of the Petain regime. In his efforts to exhume her from the past, Modiano realizes that he must come to terms with the specters of his own troubled adolescence.
The result, a montage of creative and historical material, is Modiano's personal rumination on loss, both memoir and memorial.
Esperaba más de este libro. No estuvo mal, pero la primera mitad la sentí tan aburrida. Quizá por la narración de Modiano que es muy descriptiva. Demasiado. Y también, tiende a irse por las ramas. A veces esas idas por otro lado me interesaban pero en la mayoría de ocasiones no. Además la historia está bastante fundamentada en meras suposiciones. Cierto que hay muchos documentos que prueban ciertas cosas sucedidas a Dora pero no todo lo que cuenta Modiano es cierto. Ya al final, cuando empieza a contar sucesos de otras personas si me gustó más. O bueno, me llegó. Y volví a experimentar ese horror que se siente cuando leemos acerca de las barbaridades que hicieron los alemanes. Espero que cuando lea otra novela de este escritor, no me pase lo mismo. Ojalá me enamoré como lo hice al leer En el café de la juventud perdida. Y es que encima empecé Un pedigrí el año pasado y lo abandoné a las pocas páginas. Tengo miedo que sus novelas ya no me gusten. Creo que probaré con Calle de las tiendas oscuras...