Supongo que conocen a Carlos Ruiz Zafón [CR], estimados lectores. Hace unos años leí La sombra del viento y lo único que puedo decir es que quedé sobrecogido por el inmenso Universo literario que había creado el autor. Espectacular, estimados lectores.
Leyendo Marina, que escribió dos años antes, me encuentro con un CR que está preparando el asalto a una novela magistral, afilando sables, preparando poleas y engranajes, como el que construye una sencilla parroquia sobre la cual experimenta para construir una catedral más adelante. Ya se intuye, tanto en la trama como en la atmósfera, al CR que se avecina. De hecho, reconocemos en este libro muchas ideas, hechos y descripciones que más tarde serían incorporadas a La sombra….
Marina habla de un misterio aparentemente sobrenatural en la Barcelona de los años 70. Dos adolescentes se ven involucrados en una historia que pugna por salir del pasado donde quedó enterrada. Finalmente, llegan hasta el final del asunto, mientras a su alrededor la vida no puede hacer otra cosa que seguir su curso, jugando con nuestros protagonistas sin que le importen sus deseos o anhelos.
Qué quieren que les diga, estimados lectores. Adoro a este hombre. Me encanta cómo escribe, porque es que escribe como le da la gana. Empecé la novela una noche a las once y cuando me quise dar cuenta era la una y media, y yo al día siguiente madrugaba, qué desastre, pero al día siguiente no podía dejar de pensar en la novela. El estilo tenebroso de una Barcelona desconocida, iluminada por una luz distinta a la habitual, los personajes tan bien dibujados y la trama, a veces intuida, nos piden que sigamos leyendo.
Una cosa que odio: Dos veces que me he leído un libro de CR, dos veces que he acabado llorando. Ya le vale, joé, que entre lo bonito, lo trágico y lo grandioso me satura los niveles y me pongo a echar lágrimas. Sé que CR tiene dos libros más aún, escritos antes que éste y que La sombra del viento. Los leeré, no me cabe duda.
Mi nota: Rematadamente bueno.