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Tras el holocausto nuclear, el mundo ha retrocedido hasta tiempos medievales. No hay máquinas, no hay apenas tecnología ni medicina, y la gente vive en ciudades-estado (las viejas polis, que tanto juego dieron). Nuestro protagonista, un juglar errante, descubrirá por casualidad algo que cambiará su vida para siempre: un viejo jeep del servicio de Correos, abandonado en el monte.
La novela está bien, aunque en demasiados momentos va muuuy lenta. Se echa de menos un protagonista sarcástico e ingenioso, y no uno pesimista. Las reflexiones de Brin sobre la condición humana están sólo levemente manidas y no son, por suerte, muy abundantes. En conjunto queda una novela apañada, que no me ha enganchado como hizo Hombres de Barro (o incluso El efecto práctica, quién lo diría), pero que tampoco me ha aburrido.
Mi nota: Nostámal.
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- 8 July, 2006: Finished reading
- 8 July, 2006: Reviewed