When The Great Gatsby was first published in 1925, it did not appear exactly as Fitzgerald had intended. This is the fully authorized text with notes by Fitzgerald biographer, Matthew J. Bruccoli.
Leí la historia de Jay Gatsby al principio de mi curso de American Literature, el año que pasé allí. Para mí fue una novela muy simbólica, en la que el transcurso de los acontecimientos no era tal sino que era siempre símbolo de otra cosa. Los ojos del cartel en el valle de las cenizas, que pueden ser dios o mil cosas más, la luz verde en el extremo del lago hacia la que Gatsby extiende los brazos (que resulta luego ser la casa de Daisy), el Midwest y el Este como símbolo de la América que es y la que quiere el autor... La historia, una historia en la que un misterioso millonario, Jay Gatsby, da unas fiestas impresionantes cada semana en su mansión de Long Island y se sabe muy poco de él, hasta que vamos sabiendo poco a poco todo sobre sus motivaciones, es un vehículo auxiliar para un montón de opiniones y símbolos. Gatsby pasa del misterio más misterioso a ser un tipo normal que además de tener una vida comprensible fue alguien que en realidad rebajó las miras de lo que podía haber siodo para concentrarse solo en ganasr dinero para conquistar a l amujer que amaba, que era muy simplona y solo se fijaba en el exterior. El propio narrador, que va de poseedor de la Verdad sobre lo Correcto y lo Incorrecto, pero luego hace de Celestina para romper un matrimonio y en general orbita cual polilla alrededor de todos los personajes que le dan asco por su vida disoluta y su falta de ética. En su momento no me llegó a tocar, esta novela, a la que no quito ningún mérito, pero reconozco en ella un retrato a pinceladas breves del alma humana.
