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Machado es inmenso y tiene mil registros. Desde el realismo duro, por así llamarlo,

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.

hasta el poemas metafóricos como "A un olmo viejo", en el que el olmo era su mujer, quien acabó falleciendo poco después del matrimonio.
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas nuevas le han salido.[...]

Machado es clásico, parte de nuestro acervo,
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.[...]

y su vida es nuestra vida
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.[...]

Machado tiene algo para todo el mundo. Todo el mundo puede sentirse comprendido, retratado por Machado. Eso es una de las muchas cosas que le hace grande.

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  • Started reading
  • 10 March, 1996: Finished reading
  • 10 March, 1996: Reviewed