A ver cómo se lo describo en pocas palabras: Dexter es un psicópata asesino en serie con 36 muertos a sus espaldas y es, además, el bueno de la novela. Un planteamiento así llama la atención, desde luego. Dexter trabaja para la policía de Miami como analista de patrones de salpicaduras de sangre (hiperespecialización, se llama eso). Tiene una hermana policía y un montón de tiempo libre.
Cuando Dexter era pequeño, Harry, su padre adoptivo, descubrió pronto sus instintos asesinos. Perros chillones de vecinos que desaparecían, ratones y lagartijas troceaditos a cuchillo escondidos en el cubo de la basura y cosas así. Así que en lugar de intentar cambiar la mente de un psicópata, intentó reconducirla hacia el Bien. Y entrenó a Dexter, según las normas del código de Harry, para que sólo matase a gente que se lo merecía, y además lo hiciera sin que le pillaran. Dexter recibió una estupenda formación en métodos de asesinato, de preparación de crímenes y de ocultación de pruebas, y hasta la fecha sigue matando pederastas y asesinos en sus ratos libres sin que nadie le moleste. Dexter es, en sus propias palabras, un monstruo muy pulcro. Pero todo cambia cuando un nuevo asesino en serie entra en escena en Miami…
La novela es fantástica. Está bien escrita y nos deja bucear en el mundo interior de Dexter sin llegar a aburrirnos. Como psicópata que es, Dexter es impermeable a los sentimientos, pero ha aprendido a simularlos lo suficientemente bien como para no infundir sospechas, salvo al sargento Doakes, que se la tiene jurada.
La trama está muy bien montada, y no pierde el interés. Abrí la primera página y no pude dejar de leer. Sobre este libro y su continuación, que estoy terminando, se hizo una serie de televisión, que se desvía bastante del guión de las novelas. La serie es también fantástica. Se llama Dexter y pueden conseguirla en la mula en versión original subtitulada. Son doce capítulos muy recomendables. En junio de este año sale la tercera novela de Dexter, que compraré ipso facto.
Novela negra, humor negro y un pasajero no negro pero sí oscuro, el pasajero oscuro del fondo de su mente al que Dexter cede el control en las noches de luna llena, cuando sale a ajusticiar criminales por la vía B en los recovecos de Miami. Totalmente recomendable. No sé cómo será la traducción, pero el original se sale.
Mi nota: Muy, muy recomendable.