Oscar Wilde le revisita la clásica historia de fantasmas metiendo a unos norteamericanos en un castillo encantado. Este es el relato principal, pero el libro tiene tres más, con tono algo menos humorístico. No acabé de pillarle toda la enjundia la primera vez que lo leí, como sí me llegó al alma su De profundis. Requerirá de una segunda vuelta años después.