Sin ser la mejor de Reverte, se lee bien, como todas. Lorenzo Quart, un cura descreído que, a lo San Manuel bueno sigue con su trabajo porque considera que es lo mejor aunque él personalmente no lo tenga claro, tiene que venir a Sevilla a investigar por qué muere gente en una iglesia de Sevilla. Tal vez haya influido el hecho de que un hacker le piratea el correo electrónico al Papa para avisarle. Los malos son casi cómicamente estereotípicos. Y algunas otras cosas que suceden en paralelo y que, por supuesto, convergen hacia el final. Me pareció muy entretenida.