remo
Written on Sep 14, 2020
Fahrenheit 451 es un clásico de la ciencia ficción y al igual que Un mundo feliz contiene un elemento de denuncia que mueve la novela entera. La sociedad (¿los gobernantes?) ha decidido que en la ignorancia se vive mejor y se dedica al pan y circo (zanahoria, vía shows de televisión que hablan individualmente a cada televidente -la novela es del año 53, bastate bien aproximó internet y su entretenimiento asociado-) añadiendo la completa erradicación de toda cultura que pueda incitar a la población a pensar por su cuenta (palo). Esto no incluye solo los libros sino el arte en general, e incluso los entierros. A los cinco minutos de fallecer, los cuerpos ya están siendo enviados a las incineradoras. No vaya a ponerse nadie a meditar sobre que la vida son dos días y uno confinados. Montag es un bombero, pero no al uso. Se dedica a quemar libros cada vez que se descubre un alijo, también llamado "biblioteca". Montag tiene dudas, que se acentuarán cuando vea a una anciana dispuesta a morir con sus libros, o cuando conozca a Clarisse, una chica de 16 años con la que habla de cosas impensables en los trayectos a su casa, y que luego desaparece. Montag necesita respuestas; decide entrar en acción y trama un plan. El plan sale mal. Montag debe pasar al plan B con urgencia...
Hay varios soliloquios a lo largo de la novela, a cargo de más de un personaje, que reflejan el mensaje de ésta: la cultura puede no ser tan inmediatamente útil como la técnica, pero nos hace ser lo que somos.