remo
253 no es una novela al uso. El planteamiento es simple: en la introducción, leemos que “Un tren de metro consta únicamente de siete vagones. ¿Por qué? El número parece raro. Ocho sería más redondo, más cómodo. Tal vez sea un siete para la buena suerte.
Cada uno de los vagones consta de 36 asientos, lo cual significa que la ocupación ideal de un tren que no estuviera atestado ni perturbadoramente vacío sería de 252 pasajeros, más el conductor. Esto daría un total de 253 personas.”
En una sola página, en exactamente 253 palabras, se describe a cada persona, en tres secciones: datos personales, apariencia y qué hace o piensa. Cada página es una historia. Y la historia tiene lugar en los siete minutos y medio que dura un trayecto entre las estaciones de Embankment y Elephant & Castle, de la línea de Bakerloo. Son las últimas cuatro estaciones de la línea marrón.
Tras haber acabado el libro, la sensación es extraña. ¿Me he leído una novela? ¿Me he leído un taco de fichas de personaje de un juego de rol ? Es realmente curioso. Al empezar a leer, uno piensa que se va a aburrir como una ostra. “Joé, 253 fichas hablando de 253 personas distintas, cada una con sus neuras, problemas e intenciones. Pues vaya”. Sin embargo, en cuanto nos adentramos en el segundo vagón, empezamos a descubrir las relaciones entre los pasajeros. Una persona del quinto vagón está amenazada de muerte por otra del primero, que la está siguiendo. Dos compañeros de oficina viajan en asientos diferentes del mismo vagón y aún no se han visto. Alguien ama a otra persona. Alguien es el jefe de otra persona. Alguien intenta no vomitar porque va al trabajo sin dormir tras una juerga considerable. No lo consigue. A alguien un borracho de mierda le vomita encima. Alguien se parte de risa cuando un pobre borracho no puede evitar mancharle los zapatos a una chica guapísima. El mismo hecho lo vemos a través de varias personas. Cada una lo interpreta a su manera. Es realmente curioso. A medida que vamos progresando en la lectura vamos descubriendo más y más coincidencias, por otro lado inevitables.
Personaje tras personaje capturamos una instantánea de la gente. Hay de todo. Gente feliz (los menos), gente enferma, gente preocupada, gente que ha dejado de luchar, gente que no se cosca ni del nodo, perdonen la expresión, gente que ni siquiera es gente y que se ha metido en el metro por error… Y en sus relaciones vemos que surge algo más grande que las propias descripciones, quizás el verdadero motivo de la novela.
Mención especial merece la traductora, que ha tenido que transformar un texto inglés de 253 palabras en uno en castellano con 253 palabras. ¡Y lo ha tenido que hacer 253 veces seguidas! Cualquiera que haya traducido alguna vez sabe que el castellano tiende a salir más largo que el inglés para decir lo mismo. Parafraseando a Jean-François Revel: “El inglés yuxtapone, el español subordina”. Y eso se nota, se lo garantizo. Ha debido de ser un trabajo titánico. En alguna ocasión aislada nos chirría la gramática: “Aquí debería haber un artículo”. Pero enseguida comprendemos el porqué de su ausencia, y entendemos perfectamente que no haya habido otra manera de encajar el texto en el corsé de las 253 palabras. Sin embargo, cada vez que aparece una nota al pie comienza así: “Otra últil e instructiva nota de 253″. Hubo una errata y un copiapega considerable en todas las notas al pie. O eso o yo me he perdido algo.
Al final, la experiencia es curiosa. Es como hacerle una foto telepática al metro. O algo así.
253 es la versión en papel de 253 , la página web. La ventaja de la página web frente al libro es que cada vez que alguien está relacionado con otra persona aparece un enlace que de inmediato nos lleva allá. En el libro leemos “Martha es la secretaria de John McCallaghan” (nombres al azar). Y nos suena vagamente el tal John, pero si queremos volver a él tenemos que ir al final del libro y localizar lenta y dolorosamente su número de pasajero. Porque los personajes ni siquiera están ordenados alfabéticamente, sino por lugares de trabajo o palabras clave. Hay cosas que un libro no puede hacer todavía. También hay una lista de relaciones entre personajes, en un par de páginas, pero no es lo mismo.
Resumiendo, que es un libro raro. Lo cual no quiere decir que sea malo, ni mucho menos. Mi nota: interesante.