remo
Written on Oct 29, 2005
Este libro narra la historia de dos junior associate bankers (= esclavos) de la empresa DLJ (Donaldson, Lufkin & Jenrette). Cuando salieron de su MBA en Stanford (¡cuidado, Raquel!) y fueron contratados por una de los mejores bancos de inversión, nuestros protagonistas creían que se iban a comer el mundo. El sueldo medio para el primer año en una empresa de Wall Street es de seis cifras (sin contar los decimales). Pero descubrieron que la realidad es siempre mucho peor de lo que la imaginamos. En el libro se relatan historias de terror sin fin acerca de los métodos de trabajo de los bancos, de las horas que hay que echarle, de cómo nadie valora tu trabajo aunque te paguen cientos de miles de dólares al año por él, y de cómo casi nadie puede soportarlo y acaban dejando la empresa. A mi me sorprendía bastante que alguien quisiera dejar un trabajo en el que gana cuatrocientos mil euros al año sólo porque "hay que trabajar mucho y luego nadie te lo agradece". Conozco trabajos así por quince mil euros al año. Luego ves que, en realidad, son muchos los factores que hacen que la vida media de un asociado en una empresa de Wall Street no llegue a los dos años. Cito un pasaje:
La mayoría de la gente tiene jornadas de trabajo que pueden dividirse en dos partes: antes de comer y después de comer. Antes de comer se hace gran parte del trabajo duro del día, y cuando vuelves de comer sabes que, aunque tengas trabajo, lo que te queda antes de irte a casa será coser y cantar. Nosotros, en cambio, teníamos una jornada que podía dividirse en antes de comer, después de comer, antes de cenar, después de cenar, antes de la media noche y después de la media noche. Todos los días del año. Incluidos muchos fines de semana. Y era imposible dormir desde dos noches antes de la entrega de una oferta. Siempre llegabas a las reuniones como un zombi, tras haber estado las últimas 48 horas trabajando.A lo anterior se suma que, por ejemplo, a Troob le anularon tres veces las vacaciones cuando ya iba camino del aeropuerto con 15 días de vacaciones en Grecia por delante. Estuvo a punto de costarle el matrimonio. Los vicepresidentes y los asociados senior eran todos divorciados, muchos de ellos alcohólicos, sin tiempo libre, que vivían por y para el trabajo, sin tener una vida propia fuera de él. Rolfe, que es normalmente quien narra la historia, repite constantemente "no quiero ser así dentro de 10 años, no quiero ser así dentro de 10 años", cada vez que narra una anécdota relacionada con los que llevan más tiempo en la empresa.
El libro es entretenido, y el lector se siente muy identificado con los protagonistas. No está mal escrito y acaba uno creyendo al menos que sabe más sobre el funcionamiento de los bancos de inversión. Al principio del libro hay una cita que me encantó (y que pongo porque se le puede aplicar a CPI, aunque, obviamente, estemos en desacuerdo con ella):
Nunca he comprendido cómo dos personas pueden escribir un libro juntas; para mí es lo mismo que tres personas intentando tener un hijo.
Evelyn Waugh
Mi nota: Muy entretenido.