Este libro es a la vez indispensable y difícil. Darwin tenía la certeza de que lo que decía era cierto, y a la vez no encontraba el mecanismo por el que los hijos heredaban características de los padres (la genética, al nivel que necesitaba Darwin, llegó más tarde). Por tanto, a falta de uno de los pilares fundamentales de su gran idea (que la selección natural hacía más abundantes los rasgos que se adaptaban mejor a las características del medio), Darwin se concentró en encontrar evidencia ABRUMADORA de lo demás, y estudió cientos y cientos de casos de animales adaptados al medio y de divergencias evolutivas dependiendo de las características del medio (el caso de los pinzones con picos diferentes según la comida que fuera más abundante en las islas que habitaban). Esto hace que el libro sea una catarata de información. Al mismo tiempo, leer a Darwin hace que yo personalmente me sienta bien con el mundo. Un tío en solitario, abriendo camino para un trozo inmenso de ciencia que vino detrás (Wallace estaba en las mismas, cierto es), escribe con un tono innegablemente didáctico y muy entretenido de leer, y al mismo tiempo quiere cimentar su caso para que no se le escape y nos sepulta en datos. Esta obra es uno de los cimientos de la ciencia moderna y creo que de los clásicos es de las "fáciles" (más que los Principia de Newton, por ejemplo). Una maravilla.