remo
Written on Dec 31, 2006
Ya que el libro iba de canciones, se me ocurrió algo. Me fui a radio mula y sintonicé las 31 canciones, que fui escuchando a razón de una –a veces dos, pues hay capítulos dobles– por capítulo. Y les aseguro que la experiencia merece la pena. Conocía tres canciones de las 31 que destaca NH. Y sin embargo me encantó ir descubriendo grupos nuevos mientras un guía de excepción te contaba lo que sentía al oírlas y te hacía una breve reseña de cómo llegó a conocer al grupo.
En realidad, no son 31 canciones, sino casi 100, pues en muchos capítulos NH habla de muchas canciones que no salen en el título. Por ejemplo, en el capítulo sobre la canción X, NH comienza “no es que X me parezca mejor que Y, ni que Z, pero tiene algo que es especial. Al mismo tiempo que descubrí X yo estaba enganchado con A, B y C, que luego me llevaron a descubrir E, F y G…” y luego vuelve a hablar de X. En total, ya les digo, salen un montonazo de canciones.
En muchos de los capítulos NH habla de su vida, y de cómo han tenido ciertos episodios de ésta mucho que ver con las canciones que comenta. Me gusta leerle cuando escribe así. NH es un tío normal, con un don para contar cosas (y respaldado en castellano por un excelente traductor), que te lleva por donde quiere y te hace disfrutar por el camino, aunque sólo te esté contando que una vez organizó un festival benéfico en un colegio de primaria. Hay otro libro suyo, Fiebre en las gradas, que está aún mejor. Es una biografía de su pasión por el Arsenal, equipo de la Premier inglesa. Sólo habla de él y de fútbol, y es genial. Este libro recuerda a aquél, cambiando el tema, pero no llega a igualarlo. La sensación de leerlo con música, sin embargo, ha hecho que me haya encantado la experiencia. Mi nota: Muy entretenido.