Esta novela fue escrita en 1971 y las cosas que cuenta eran ciencia ficción de la buena entonces, aunque hoy estén anticuadas muchas de ellas. El argumento es bueno (de nuevo, marca de la casa Crichton) y la conclusión es triste: máquinas y hombre están condenados a no habitar en simbiosis. La visión es bastante pesimista. El libro, que terminé un día después de "Acoso", me pareció mucho mejor.