Alexander se dio cuenta de que iba a ser un día terrible cuando se despertó y se encontró chicle en el pelo. Y aun fue peor…
     Su mejor amigo lo abandonó. No tenía postre en su bolsa del almuerzo. ¡Y para colmo, había habas verdes en la comida y besos en la televisión!
     Este cuento clásico de Judith Viorst, ahora en español, será sin lugar a duda del agrado de los lectores de todas las edades, como lo ha sido hasta ahora.