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“Me arrepiento de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana, ya que la sexualidad es un componente de la buena salud, inspira la creación y es parte del camino del alma... Por desgracia, me demoré treinta años en descubrirlo”. —Isabel Allende
Isabel Allende despliega aquí sus poderes mágicos como cuentista y, con un encanto peculiar, entrelaza las sensuales artes de la comida y el amor, combinando recuerdos personales, folklore de todo el mundo, leyendas históricas y momentos memorables de la literatura (incluyendo la literatura erótica), con porciones similares de humor y perspicacia.
El lector es el invitado privilegiado a un banquete de hechos fascinantes sobre los poderes afrodisíacos de los alimentos y las bebidas que Isabel Allende sirve con convincente admiración y debida irreverencia. Ofrece sugerencias, tanto antiguas como modernas, para atraer a un amante, encender el ardor sexual, prolongar el acto sexual y reactivar la decadente virilidad. Y revolviendo en el caldero de la historia, nos informa sobre los apetitos lascivos de personajes memorables como el emperador Nerón, Catalina la Grande y hasta la notoria Madame du Barry de Francia.
Isabel Allende despliega aquí sus poderes mágicos como cuentista y, con un encanto peculiar, entrelaza las sensuales artes de la comida y el amor, combinando recuerdos personales, folklore de todo el mundo, leyendas históricas y momentos memorables de la literatura (incluyendo la literatura erótica), con porciones similares de humor y perspicacia.
El lector es el invitado privilegiado a un banquete de hechos fascinantes sobre los poderes afrodisíacos de los alimentos y las bebidas que Isabel Allende sirve con convincente admiración y debida irreverencia. Ofrece sugerencias, tanto antiguas como modernas, para atraer a un amante, encender el ardor sexual, prolongar el acto sexual y reactivar la decadente virilidad. Y revolviendo en el caldero de la historia, nos informa sobre los apetitos lascivos de personajes memorables como el emperador Nerón, Catalina la Grande y hasta la notoria Madame du Barry de Francia.