*El caminante y su sombra* pretende ser, en palabras de su autor, una doctrina de la salud y una disciplina voluntaria. Nietzsche rechaza enérgicamente la actitud de quien expone sus dolores para suscitar compasión. La realización de semejante programa exige, sin duda, esfuerzo, un esfuerzo que a veces adquiere proporciones sobrehumanas.