remo
Written on Jul 12, 2014
Dado que son tres libros que se leen como uno solo, pondré en éste todos mis comentarios sobre los tres.
En general, y esto puede interpretarse como crítica a la vez que como halago, me he sentido leyendo esta serie como me sentí al leer a Dan Brown. No es que el autor sea igual de bueno o malo que Dan Brown, es que yo me he sentido igual al leerlos a ambos.
Empecemos por lo malo y así nos lo quitamos: La serie de libros está terriblemente mal documentada: En cuanto a la parte de fact checking, si lo cuento desvelo partes importantes de la novela, pero habla de que una granada se cuela por el respiradero de un BMR (¡que jamás tendrían un agujero de l tamaño de una granada comunicando el exterior con el interior!), de que un petrolero con un incendio en cubierta explota todo él, con sus doscientas mil toneladas de petróleo, a la vez . En cuanto al estilo, no sé si el autor tiene mala memoria o escribió las novelas echándoles ratitos sueltos, pero hay un montón de fallos de coherencia de la historia. En un párrafo el autor nos dice que se enfrenta con optimismo al nuevo día y dos párrafos después nos dice que está absolutamente hecho polvo por la sucesión de los acontecimientos pasados. ¿Qué es, ciclotímico el prota? ¿O el autor no se acuerda de lo que nos ha contado hace dos párrafos? Demasiadas veces el autor nos repite cada pocos párrafos cosas que ya ha contado varias veces. Hacia el final de la novela, y esto es un spoiler tochísimo, dice que la enfermedad acabará desapareciendo porque los zombies se van muriendo y los niños nacen sin el virus, pero no tiene en cuenta que los padres están contagiados y que por tanto todos los niños se contagiarían en contacto con sus padres y necesitarían también de la medicina para siempre. Haría falta una generación entera de padres que no tocaran a nadie para que el virus muriera.
Otra cosa que me ponía muuuuuy nervioso: el prota descubre muy pronto que el ruido atrae a los zombies. Y durante toda la maldita novela NO PARA de hacer ruido TODO EL RATO. Cada vez que se acercan a un sitio les da igual romper cristales y pegar tiros. Es desesperante.
Más: En la mitad de los combates a tiros en que se mete el protagonista, ¡amartilla la pistola cuando ya le han perseguido cinco o seis zombis! Lo de amartillar es para el autor como un sinónimo de tragar saliva muy fuerte. Cuando lo leía, veinte minutos después de haber entrado en zona infestada y de repente amartillar, me decía ¿Y todo este tiempo qué diablos ha hecho con la pistola en la mano?
Por último, la calidad literaria es, como dicen socarronamente los british, "subpar". No hay lugar para la imaginación, el autor cae en una furia descriptiva que causa que todo, todo, todo quede por escrito y el lector no pueda usar su imaginación para nada. Ejemplo de descripción que mata la imaginación: "Era un silencio total, absoluto, tétrico. No oía nada salvo el rumor de las aguas... La ciudad estaba silenciosa, oscura. Muerta". Las hay peores en el libro.
Los personajes no es que sean planos, es que son lineales. Sus emociones son el cansancio, la ira, el miedo y las ganas de follar. Hay algo de camaradería y tal , para disimular. No hay la más mínima reflexión intelectual por parte del protagonista, que parece una máquina de procesar estímulos para a continuación quejarse.
Y ahora, lo bueno. El prota, a pesar de todo, te cae simpático. La historia genera interés, dan ganas de seguir leyendo, a pesar de todos los impedimentos literarios, porque sentimos genuino interés por el destino de los protas. Los giros argumentales son psicodélicos pero el autor se ciñe a ellos y los explora.
En resumen, sentimientos encontrados. Leí las tres novelas en ocho días, lo cual dice bastante a su favor a pesar de mis quejas en esta crítica.