remo
Written on Mar 11, 2008
Entendámonos. No llega del todo a ser un libro catastrofista al estilo “arrepentíos pecadores”, y al mismo tiempo nos muestra el peor panorama posible para la raza humana en un mundo gris, contaminado, tóxico y dañino. La novela narra las vidas de unas decenas de personajes que intentan básicamente sobrevivir en unos EE.UU. (el autor es británico) donde hace mucho tiempo que no se puede ir a la playa, donde hace demasiado tiempo que no se puede salir a la calle sin mascarilla, donde las plagas son inmunes a la inmensa mayoría de los insecticidas, que de tanto usarse mal las han inmunizado. Un mundo horrible, muy bien descrito, sin sentimentalismos, son simples descripciones de cómo son (serían, según el autor) las cosas.
La novela gira en torno a Austin Train, sin llegar a él, pues aparece muy poco. Austin Train es un ecologista al que la sociedad ha puesto en el ojo del huracán sin que él mismo estuviera muy por la labor. Miles de personas se autodenominan los trainitas y emprenden acciones de guerrilla urbana por todo el país, para intentar que la gente deje de usar coches que contaminan, o que dejen de usar productos en cuya elaboración se contamina más de la cuenta.
Uno de los pasajes tragicómicos de la novela tiene lugar cuando un grupo de trainitas secuestra al hijo de una multinacional y como único castigo le dan a beber agua del grifo. Esto equivale casi a condenarlo a muerte.
El único fallo “clamoroso”, a pesar de tratarse de una novela, es que el autor habla de que de un tiempo a esta parte cada vez hay más terremotos en Denver, dejando caer que se debe a la mano del hombre. Ni siquiera en una obra de ciencia ficción soft queda bien.
Por lo demás, cuesta a veces seguir la vertiginosa historia, que salta con enorme vitalidad entre personajes que al principio nada tienen que ver entre ellos. Pero está muy bien escrita y el autor da multitud de argumentos –sin darlos explícitamente, sino describiendo sus efectos en un futuro cercano– para poner cuidado en el uso que hacemos de los recursos naturales. Es un libro ecologista escrito cuando Greenpeace estaba aún en pañales.
Mejor aún, viendo el estupendo estilo de esta novela, a uno le entran muchas ganas de leer otros libros del mismo autor como Todos sobre Zanzíbar, sobre la superpoblación mundial, y El jinete de la Onda de choque (1969), en el que se profetiza, cosa muy poco común, la aparición del ordenador personal y se habla de “hiperenlaces” y “multimedia”. Recuerden, 1969.