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¿Y qué les puedo contar de Reverte que no les haya contado ya? Este libro es el sexto de las andanzas del Capitán Alatriste y de su fiel Íñigo Balboa, y es una auténtica maravilla. Me tuvo absolutamente enganchado desde la primera página. No me puedo resistir a la tentación de citarles el principio del libro, que sólo mejora y mejora.
La caza por popa es caza larga, y voto a Cristo que ésa lo había sido en exceso: una tarde, una noche de luna y una mañana entera corriendo tras la presa por una mar incómoda, que a trechos estemecía con sus golpes el frágil costillar de la galera, estaban lejos de templarnos el humor. Con las dos velas arriba tensas como alfanjes, los remos trincados y los galeotes, la gente de mar y la de guerra resguardándose como podían del viento y los rociones, la Mulata, galera de veinticuatro bancos, había recorrido casi treinta leguas persiguiendo a aquella galeota berberisca que al fin teníamos a tiro; y que, si no rompíamos un palo –los marineros viejos miraban arriba con preocupación–, sería nuestra antes de la hora del avemaría.
Me encanta Reverte, los lectores veteranos ya lo saben. Y me encanta la serie folletinesca de Alatriste. Reverte tiene pocos personajes tipo, cierto es. Casi todos sus protagonistas masculinos responden, con leves variaciones, a la figura de Alatriste (Lucas Corso, en El Club Dumas. Lorenzo Quart en La piel del tambor. Coy en La carta esférica.) Cada uno tiene sus fantasmas particulares, pero Alatriste es la esencia de todos ellos. Podríamos decir que Reverte crea a sus protas masculinos seleccionando partes de Alatriste. Alatriste es tha man.
Ante ciertos autores uno no puede ponerse a hacer crítica. Cada uno tiene su lista de héroes literarios, y en la mía Reverte tiene el sillón H (H de Héroe). Hay mucha gente que no comparte esto, y puedo entender sus razones. Pero las querencias literarias saben muy poco de lógica. Reverte es uno de mis favoritos desde que hace muchos años leí La sombra del águila, para mi gusto uno de los mejores relatos cortos de la historia moderna. Cabo Trafalgar revive el espíritu de aquélla, en versión novela larga.
En esta entrega, Alatriste e Íñigo están embarcados en una galera, haciéndole la puñeta al Turco. Como dice Íñigo en la novela, aunque pueden dstinguirlos, en general a todos los moros les llaman turcos, para abreviar. Correrán varias aventuras, incluida un última y espectacular lucha desigual de tres barcos contra ocho, frente a la Anatolia, en las bocas de Escanderlu. A Reverte le han hecho una entrevista (muy recomendable) los de El País.com, y sobre esta batalla cuenta:
… “Esa batalla ocurrió. Y el episodio real es aún más increíble: un bajel y dos galeras contra treinta. Lo dicho, hay mucho material, mucha documentación, el siglo XVII es muy rico en ella, pero es un tema poco trabajado, en buena parte desconocido.”…
La novela me ha encantado. Y se la recomiendo. Yo siempre recomiendo mis filias. Mi nota: Imprescindible.